Libro del mes: Una habitación propia

17 de febrero de 2016
Febrero me ha pasado en un respiro: Me he tomado unas vacaciones y de regreso he tomado un segundo empleo, ha iniciado además un diplomado sobre Investigación Feminista que llegué a comentar en Yo, Lolita FB. y he intentado involucrarme en algunos proyectos locales; por ende, he descuidado un poco el blog. Pero no podía dejar de compartirles el libro del mes: Escogí Un cuarto propio de Virginia Woolf tanto por el tema como por su poca longitud, algo que podría leer en un mes tan ajetreado como lo ha sido este.

Es un ensayo publicado en 1929, cuando Virginia Woolf (1882-1941) ya estaba consolidada como novelista y cuentista, e impartía clases en distintos colegios para mujeres. De sus cátedras, nace esta publicación dónde utiliza a una narradora ficticia para explorar a la mujer tanto como escritoras de ficción y como personajes. Es considerado un texto feminista imperdible, que se enfoca en explorar el espacio literal y figurativo de la mujer en la literatura, un campo que tradicionalmente ha sido dominado por los hombres.

Su alter ego en el ensayo es Mary Beton, una mujer que debe dar una plática sobre la mujer y la ficción y no sabe cómo empezar ¿Debería tratar sobre mujeres escritoras? ¿Sobre escritos hechos basados en mujeres? ¿Una combinación? Recordemos que hablamos de las primeras décadas de 1900, la narradora nos cuenta, que mientras trata de organizar sus ideas, visita la Universidad de Oxbridge, una iglesia, e incluso una biblioteca, lugares dónde no puede acceder sin la compañía de un hombre, frustrada charla con una amiga sobre las diferencias en presupuesto e infraestructura que hay en colegios de mujeres y aquellos de hombres, charlan de como apenas van 40 años en que se le permite a la mujer tener su propio dinero o propiedades e incluso de solicitar prestamos a bancos. Se pregunta en que medida estas tradiciones han procurado la discrepancia que existe entre hombres y mujeres en la literatura.



Buscando respuestas, se dirige al único espacio dónde podría encontrarlas (sin que fuera necesario la compañía de un hombre), al British Museum en Londres, encuentra innumerables libros sobre mujeres escritas por hombres, y no encuentra una respuesta exacta, sólo opiniones encontradas de científicos, novelistas, exploradores, filósofos, de todas epócas y de distintas partes del mundo: Algunos ven a la mujer como una diosa, o como una tentación, incapaces de entender cosas complejas, pero sobre todo ve que muchos escritores escriben de manera subjetiva, pasionalmente, y sabe que no puede creerles.
"Era angustiante, desconsertante, era humillante. La verdad se me iba por los dedos. Cada gota se me escapaba."

Cuando leí esa frase pude sentir la misma angustia: Incluso ahora, después de 100 años, cómo mujer he experimentado la sensación de estar en arenas movedizas, que al querer encontrar respuestas sobre cuestiones de mujer uno se topa con prejuicios que cuelgan como yugos tanto de hombres como mujeres. Las mujeres han servido por muchos años como anteojos que poseen la magia y el delicioso poder de reflejar la figura del hombre al doble de su medida natural, de otra manera, ¿Cómo es que Él (el hombre a lo largo de la historia) podría juzgar, civilizar nativos, crear normas, escribir libros, vestirse de traje y dar peroratas en banquetes, si no viese a si mismo en el desayuno y en la cena -al menos dos veces al día- y al menos dos veces mayor de su propia talla? Cuando Ella empiece a decir la verdad (conocer la verdad, entenderla, compartirla), la figura del hombre en los anteojos se encogerá: Y su aptitud (para el dominio) disminuirá.

Pero Mary Beton (ni su servidora), queremos tener más dominio, simplemente queremos entender cómo, por qué y que podemos hacer para darle fin a estas diferencias entre hombres y mujeres que nos han impedido ser fructíferas en la literatura (y en todo en general).

Será mejor correr las cortinas para eliminar distracciones: encender la lámpara... Replantear la pregunta ¿Por qué son las mujeres más pobres que los hombres? ¿Por que no son artistas reconocidas? 

Mary empieza a investigar por qué en el período Isabelino (1550-1600) dónde florecieron abundantemente los escritores, no hay exponentes femeninos, y sostiene que existe una enorme conexión entre las condiciones de vida y el trabajo creativo: Pocos derechos, pocas oportunidades de estudio o trabajo digno, matrimonios y embarazos forzados... Y un gran etcétera que ya podrán imaginar. Es imposible que una mujer en los tiempos de Shakespeare tuviese el genio de Shakespeare, por que para ello, necesitaba nacer fuera de un ambiente donde fuese obrera, analfabeta y servil cosa difícil en esos tiempos.

¿Pero qué hay de mujeres del siglo XIX como Jane Austen, George Eliot o Charlotte y Emily Brontë? Ellas tampoco tenían tantas libertades, tal vez mejor educación y actividades recreativas, pero igual que 300 años antes, las mujeres estaban en condiciones limitantes: Pocas mujeres tenían privacidad, acceso a bibliotecas públicas o en casa, o simplemente experiencias fuera de su pequeño círculo social. A pesar de ello, se les ha criticado por sólo desarrollarse en la novela, y que al escribir, eran pasionales, menospreciando su obra.

"Anhelo el poder de una visión que pueda sobre pasar éste límite: que pueda alcanzar el mundo ajetreado, las ciudades, regiones llenas de vida de las cuales he escuchado pero jamás he visto. Deseo más experiencia práctica de la que poseo: más trato con aquellos de mi tipo, conocer a variedad de personalidades de las que tengo a mi alcance..." Adele, Charlotte Brontë

Y continúa el ensayo analizando otros períodos y otras escritoras, reconoce que una obra maestra requiere alcanzar un esfuerzo prodigioso para poder liberar por entero y por completo el trabajo que hay en él, debe ser incandescente, no debe haber obstáculos en ello, todo asunto externo debe ser consumido.

Todo contradice la posibilidad de que nazca completa en la mente del escritor. Generalmente las circunstancias materiales están en contra. Los perros ladran; la gente interrumpe; hay que hacer dinero; la salud se quebranta… Pero para las mujeres, pensé, mirando los anaqueles vacíos, esas dificultades han sido infinitamente más formidables. En primer lugar tener un cuarto propio (de un cuarto quieto o de un cuarto a prueba de ruido ni hablemos) era de todo punto imposible, salvo que sus padres fueran excepcionalmente ricos o nobilísimos...

Mary vuelve contagiarnos de ese sentimiento angustioso, por que nos recuerda que un escritor sufrirá siempre por que el mundo no pide novelas, ni sonetos, los artistas en general sufren de distracciones, desalientos, y si algo surge a pesar de todo ello, es un milagro, y probablemente ningún libro nazca entero y no-lisiado a como fue concebido.
"Las obras maestras no son nacimientos singulares y solitarios, son el resultado de muchos años de pensamiento en común, (...) dónde la experiencia de la masa esta detrás de una voz singular"

Hace un recuento de los inmensos privilegios que ha tenido los hombres y el período de tiempo en que estos han sido disfrutado, por lo que incluso ahora, cuándo las mujeres gozan de mejores condiciones seguimos sirviendo de anteojos, seguimos viviendo en un sistema patriarcal. La idea de la falta de oportunidades, entrenamiento, aliento, tiempo libre y dinero no debería de justificar -por completo- que no existan suficientes mujeres escritoras, pero debemos reconocer que la libertan intelectual depende de cosas materiales. La poesía depende de libertad intelectual. Y las mujeres siempre han sido pobres, no por doscientos años, sino desde el inicio de los tiempos.


Virginia Woolf por Vanessa Bell


El ensayo finaliza dirigiéndose al lector, me conmovió, y sin pena admito que hasta lloré un poco, comparto mis líneas favoritas:

Se autentica, veraz, y el resultado deberá ser asombrosamente interesante. Debes ser libre y debes tener paz (...) Escribe lo que desees escribir, es todo lo que importa: y que importe por siglos o sólo importa por algunas horas, nadie lo puede decir (...)
Así que cuando te pido que ganes dinero y tengas un cuarto propio, te estoy pidiendo que vivas en la presencia de la realidad, que tengas una vida vigorizante y aparecerá (tu obra maestra) te dediques a ello o no (escribir)...
Esta poetisa que jamás escribió una palabra (...) vive todavía. Vive en vosotras y en mí, y en muchas otras mujeres que no están aquí esta noche (...) Pero vive: por que los grandes poetas no mueren; son presencias continuas; sólo necesitan una oportunidad para andar entre nosotros hechos carne.
Y si cada una de nosotras tiene quinientas libras al año y una habitación propia; si nos hemos acostumbrado a la libertad y tenemos el valor de escribir exactamente lo que pensamos; si nos evadimos un poco de la sala de estar común y vemos a los seres humanos no siempre desde el punto de vista de su relación entre ellos, sino de su relación con la realidad ...  que estamos relacionadas con el mundo de la realidad y no sólo con el mundo de los hombres y las mujeres, entonces, llegará la oportunidad (...) Ella vendrá si trabajamos por ella, y que hacer este trabajo, aun en pobreza y oscuridad, valdrá la pena.

Enlaces de interés:
- Recomiendo la entrada dedicada al libro del mes "Reading Woman" como complemento a esta lectura.

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